martes, 6 de septiembre de 2011

"Abuelita ayahuasca", de Alberto Clavería



Me entero de que aquel chaval de barrio
que escribía poesía como el que dispara una
metralleta

ahora escribe sobre los árboles y sobre “cómo explicar
que he visto el centro del universo
mientras cagaba esta mañana” y la madre
Gaia y el Universo y
demás,

se aficionó a la ayahuasca y al
peyote
etc etc

y su cerebro se balanceó
hasta caer al otro lado

ahora dedica sus poesías o
“creaciones polimórficas”
a su maestro
(en mi barrio
al señor que te da drogas
se le llama de otra manera)

y llama “Abuelita” a la
ayahuasca
(esto me ha matao).

Bien, yo
no soy quién para censurar nada

pero me gustaba más cuando escribía sobre los
flujos vaginales de su novia
y de cómo sus pezones podían ser el paraíso de su
castigo
o de las hormigas que invadían su cocina en
verano.

Puede que lea esto e incluso puede que
se enfade,
pero tío
tus pies antes anclados firmemente
ya no en el suelo
si no directamente en el
infierno
ahora se elevan a muchos demasiados
kilómetros
del planeta.

El mundo perdió un poeta pero
ganó un idiota.

Salió ganando,
qué duda cabe.




Alberto Clavería