lunes, 30 de junio de 2008

"El cuadro", de Alberto Clavería


Era un bar muy bonito,

en serio,

tenía un cuadro de Elvis, Bogart,

Marilyn y James Dean

jugando al billar.

Todo era perfecto.

hasta que recordé

por qué estaba ahí

y me puse a llorar como un crío.


Alberto Clavería

miércoles, 18 de junio de 2008

"Una vez cada mil años", de Alberto Clavería

Me dijo mi padre
“mira, hijo, de pequeño
un cura nos reunió
a todos los niños del colegio y
nos dijo que pensáramos en
un pájaro rozando con el ala
una bola de metal
una vez cada mil años,
cuando esa bola se hubiera desgastado
nuestro suplicio en el infierno
ni habría empezado.”

Luego, por la noche,
yo pensaba que lo que
ni habría empezado
con el último roce
del ala del pájaro
con la puta bola de metal
era el dolor de vísceras
que yo ocasionaría
a esos malditos cuervos.


Alberto Clavería

viernes, 13 de junio de 2008

"Insurrección", de El último de la fila



¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?
Nadie es mejor que nadie pero tu creíste vencer.
Si lloré ante tu puerta de nada sirvió.
Barras de bar, vertederos de amor...
Os enseñé mi trocito peor.
Retales de mi vida,
fotos a contraluz.

El último de la fila

"Betún", de David González



Ven, acércate,

no tengas miedo:


sólo quiero presentarte

el betún

en las manos

del muchacho

que limpia

que lustra

tus zapatos

tus botines

o tus botas:


el muchacho


el betún negro


sus manos:


¿ se las vas a estrechar

o no ?


David González

"Si me lanzo a la guerra", de Alberto Clavería



Ten en cuenta que
si me lanzo a la guerra
no me volverás a ver de la misma forma más.

Ten en cuenta que
mientras yo huela a trinchera
mis manos no querrán hacer otra cosa que cavar.

Y, sobretodo, piensa q
ue
cuando vuelva
es altamente probable que yo ya sea pedregal.



Pintura: "La Separación de la luz y las tinieblas", de Miguel Ángel
Texto: Alberto Clavería

martes, 10 de junio de 2008

"A veces lloro", de Tupac Shakur



A veces, cuando estoy solo
lloro,
por que me encuentro abandonado.
Las lágrimas que derramo son pequeñas y cálidas.
Ellas fluyen con la vida, mas no toman forma alguna.
Lloro por que mi corazón está lleno de espinas
y siento que es difícil poder soportarlo.
Si tuviera un oído para reconfortarme, lloraría entre mis preciados amigos
Pero acaso hay alguien que se detenga tanto para ayudar a otro a sobrellevarlo?
El mundo gira rápido y prefiere verte pasar
antes que detenerse y ver qué es lo que te hace llorar,
es doloroso y triste...
Y a veces,
lloro
y a nadie le importa el porqué...


Tupac Shakur

lunes, 9 de junio de 2008

"La otra mitad de la primavera", de Alberto Clavería

Qué quieres que te diga,
si me paso la mitad de la primavera rezando
para que me den la otra mitad.

Me conoces de sobra,
yo soy noches de intemperie,
rechazos disimulados de ironía,
gestos disfrazados del trajín del día a día.
Y aún así me animo a buscarte cuando todo es vacío
porque entre dos se aguanta mejor todo esto de la vida,
si se afilan las aristas de las palabras nos quedamos con el frío
que es sabernos huecos de noticias prometidas.

Pero te miro de lejos y todo es en vano,
ni la hierba mala muere ni el grifo deja de gotear,
porque aunque en tierra yerma deje caer la mano
el músculo piensa en otro lugar...
Otro lugar mejor.


Alberto Clavería

"Preciosa y el aire" (fragmento), de Federico García Lorca



Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene,
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde viven los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse,
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.


Federico García Lorca

sábado, 7 de junio de 2008

"Viernes por la noche, 3:33", de Alberto Clavería



Yo prefiero ser pasto de
los animales carroñeros de la vera del camino
que montón polvoriento
en la mesilla de noche del más lejano castillo.
Y es así,
si lo niegas echas tierra
encima de tus propias ruinas.

Al fin y al cabo,
qué más dará quedar sepultado
si logras ver con tus propios ojos
-y reírte de-
la podredumbre que adorna hasta
las más altas
cumbres.


Pintura: Laia Cabanas.
Agonizante juntapalabras: Alberto Clavería.


viernes, 6 de junio de 2008

"Romance del desespero", de Alberto Clavería



Luz que me aguas la fiesta,
niega si puedes las salidas del desespero,
no creo que salga vivo, y a ciencia cierta
no sé nada más que eso.
Pues veo que en dura roca su semblante se tornó,
en terreno cenagoso sus miradas
y en bronco resuello su voz.
Sin contar las cicatrices, no me queda nada.

Uno se da cuenta antes de saberlo,
cuando los requiebros esconden las intenciones
y todo es arena, todo es un desierto
que reparte con malicia sus escorpiones.
Para cuando el cielo se deshaga, no sé dónde andará
ni si habrá islotes para que aterrice,
mejor será dejar de pensar
y repetirme a mí mismo que no es cierto que esté triste.


Alberto Clavería

miércoles, 4 de junio de 2008

"Dame suficiente cuerda para ahorcarme", de Alberto Clavería


No te pido que me hables,
que me quites la corona de espinos
o envainemos los sables,
ni tan siquiera que trates conmigo,
tampoco voy a contarte milongas
como que te esperaré en la otra vida,
una de venganza y bombas
donde cerrar las heridas.

Quizás decida enfrentarme al viento,
ese que todo nos derrumba,
y así ganarle terreno
a esas palabras que tanto te gustan.
Pero te vas alejando, te vas alejando,
con la cabeza girada de esquivar las flechas
mientras yo me siento a observarme las manos
porque la izquierda te acaricia y te acuchilla la derecha.

Bueno, quizás sería mejor despedirme ya,
ando cazando versos en el andén entre la gente vacía,
pensando que no quiero más labios que los tuyos sin pintar
ni contemplar más mares que los que veo a simple vista.
Ni contigo ni sin ti, ni refugio ni tormenta, ni vuelta ni ida,
puedes andar con la cabeza bien alta,
porque lo que no te dí en vida
acabará muriendo en un invierno sin mantas.


Alberto Clavería

"Ando", de Kutxi Romero



En sueños ando surcando espaldas,
todas en una la tuya son,
ondulándose como el trigo,
hasta en pedregosos caminos
cimbreando la cintura,
haciendo un sexuado destino,
un dibujo de la penumbra,
en él alambro el desatino
de quererte hasta la muerte
ó por lo menos hasta el alba,
y con mis malos despertares olvidarte
cuando quiera ó cuando pueda
mientras vadeo los ríos,
los de siempre,
los de nunca,
de tus sueños,
de los míos.


Kutxi Romero