lunes, 20 de julio de 2009

Tu amor es como un melón:

Por la mañana, oro.
Por la tarde, plata.
Por la noche, te mata.

Alberto Clavería

"Insomnio", de Dámaso Alonso

Madrid es una ciudad de más de un millón de
[cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho en el que hace 45 años que
[me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar
los perros o fluir blandamente la luz de luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán ladran-
do como un perro enfurecido, fluyendo
como la ubre de la leche caliente de una
[gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntán-
dole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en
[esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren
[lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra
[podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
[las tristes azucenas letales de tus noches?

Dámaso Alonso

domingo, 19 de julio de 2009

"La corona", de Alberto Clavería

Tengo una corona
que no es de oro
ni tiene joyas preciosas engarzadas:
es de espinos y herrumbre oxidada.

Cada vez que me la intento sacar
de la cabeza
me pincho los dedos
y la sangre fluye lentamente por
la palma de la mano hasta
los brazos pasando por
las muñecas hasta llegar a
los codos y de ahí
no sé muy bien a dónde va,
solamente sé que me quedan las cicatrices,

esas que vuelvo a mirar fijamente
cada vez que vuelvo a pensar en
quitarme la corona.

Alberto Clavería

"Yo no sé lo que busco eternamente", de Rosalía de Castro

Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco, pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.

Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire ni en el cielo,
¡aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!

Rosalía de Castro

sábado, 18 de julio de 2009

"Patio de luces", de Alberto Clavería

Los rayos de sol caen de pleno
sobre el tejado de uralita
creando una especie de
efecto invernadero
aquí en nuestro propio patio de luces
y las radios están demasiado altas y
puedo oír perfectamente
desde la ventana de la chavala
del segundo tercera
aquella canción que dice
que ese ha sido un día perfecto
bebiendo sangría en el zoo
y yo contraataco subiendo el volumen
del tronado radiocassette
justamente cuando Johnny Cash
habla del peor hotel del mundo
“joder
Johnny debe estar en la habitación de al lado”
pienso
mientras mi pelo crece
y el vino envejece
y la orquesta que una vez contraté
para que tocase en el peor día de mi vida
dobla el pasillo.

Alberto Clavería

"Único modo", de Martín López-Vega

No hables. Sólo sonríe.
No me digas si volverás
mañana por aquí. No me permitas
que llegue a tocarte, ni a hablarte.
Sólo déjame ver
una vez más tus ojos verdes.
Ya está. Vete. Ahora.

Es la única manera
de que te quiera para siempre.

Martín López-Vega

viernes, 3 de julio de 2009

"Tengo una lágrima colgando de los ojos", de Alberto Clavería

Tengo una lágrima colgando de los ojos
que no sabe cómo caer.

Yo le digo que no se preocupe,
que para eso siempre hay tiempo,
y oigo los gritos de los vecinos
a través de los tabiques
pero

creo que ella tiene miedo de caer y miedo de
ser la primera de muchas,
la pionera,
pero le hago ver que eso
no importa porque
nadie le va a echar la culpa,

mientras tanto, la gente se lo pasa bien,
sus risas se cuelan entre los barrotes de mi ventana
y los fuegos artificiales
inundan el cielo
y rebotan los casquillos y
huelo a pólvora,
pólvora que también olisquea la
lágrima,

y mientras le sigo hablando

ella ya ha caído sobre el vaso.


Alberto Clavería

"Tenlo en cuenta", de Javier Das

El mundo nunca
se hundirá
-ni se rendirá-
a tus pies.
Así que
esta noche
sal a bailar,
que no sea otro
el que te cuente
cómo suenan las olas
al romper en las rocas.


Javier Das