viernes, 30 de mayo de 2008

"Miedo y asco en Las Vegas", de Hunter S. Thompson





-Hola, qué hay -dije-, me llamo... Bueno, Raoul Duke... sí, está en la lista, seguro. Comida gratis, sabiduría total, cobertura absoluta... ¡por qué no? Traigo conmigo a mi abogado, y, ya sé, claro, que su nombre no está en la lista, pero tenemos que ocupar esa suite, sí. Bueno, este hombre en realidad es mi chófer. Trajimos este Tiburón Rojo desde el Strip y es hora ya de que descansemos, ¿no? Sí. No tiene más que comprobar la lista y verá. No hay ningún problema. ¿Qué pasa? ¿No me oye?

(...)

Sucedían cosas terribles a nuestro alrededor. Justo a mi lado, un reptil inmenso mordisqueaba el cuello de una mujer, la alfombra era una esponja empapada de sangre... imposible caminar sobre ella. Uno no podía asentar los pies en aquello.
-Hay que pedir unos zapatos de golf -murmuré-. Si no, nunca saldremos vivos de aquí. Te has fijado que esos lagartos andan sin problemas sobre esa basura... eso es porque tienen garras en los pies.
-¿Lagartos? -dijo él-. Si crees que tenemos problemas ahora, espera un poco y verás lo que pasa en los ascensores.
Se quitó las gafas de sol brasileñas y me di cuenta de que había estado llorando.


Hunter S. Thompson,
Miedo y asco en Las Vegas


"Y si nieva óxido", de José Manuel Vara



Y si nieva óxido
Nos embriagaremos de demencia.

Y si nieva óxido
Te amaré en la sangre violenta de tus venas,
Allí donde los perros ladraban
Ternuras homicidas y besos de ruido
Para que no amaneciera…

Y si nieva óxido
Nos esconderemos entre la vieja chatarra
Del desguace de mi corazón…

Oxidado,
Oxidado,
Oxidado
Como esta amarga canción.


José Manuel Vara

"Nuestra curiosa posición", de Charles Bukowski




Saroyan en su lecho de muerte dijo:
-creía que no iba a morirme nunca...

sé a qué se refería:
me imagino por siempre
empujando un carrito por un
supermercado
en busca de cebollas, patatas
y pan
mientras observo a las señoras contrahechas y
ridículas pasar por
mi lado.
me imagino por siempre
conduciendo en la autopista
mirando a través de un parabrisas
sucio con
algo que no quiero escuchar
sintonizado en la radio.
me imagino por siempre
recostado en el
sillón de un dentista
con la boca
abierta cual cocodrilo
pensando en que
estoy en el
Quién es quién en América.
me imagino por siempre
en una habitación con una mujer
deprimida y desdichada.
me imagino por siempre
en la bañera
tirándome pedos bajo el agua
y mirando las burbujas
con orgullo.

pero muerto, no...
la sangre moteada por
los orificios nasales,
la cabeza partida sobre
la mesa,
los dedos aferrándose al
espacio oscuro...
imposible...

me imagino por siempre
sentado en el borde
de la cama
en calzoncillos con
cortauñas
partiendo
feos y enormes pedazos
de uña del pie
sonriente
mientras mi gato blanco
está sentado en la ventana
contemplando la
ciudad
mientras suena el teléfono...

entre las
angustias
que la puntúan,
la vida es una costumbre
de lo más dulce:
entiendo a qué
se refería
Saroyan:

me imagino por siempre
escaleras
abajo
abriendo la puerta
camino del
buzón
para encontrar toda esa
publicidad
en la que
tampoco
creo.


Charles Bukowski

"Dame fuego", de Alberto Clavería




Si la mayoría de las cosas se van por el sumidero
o a la mierda entre las patas,
yo me pregunto qué hacer para no verlo,
qué hacer para conservar lo que guardas.
Y sí, hay mujeres,
pero también hay gritos
discusiones cosas rotas e inertes
como relojes que se paran a y menos cinco...

Entonces ella viene y me pregunta
si vale la pena,
ya sabes, llenarse del barro del borde del camino,
llorar algo más de la cuenta,
sentirse culpable cuando no hay delito,
todo eso.

No sé, no creo, dame fuego,
es todo lo que te pido de momento,
pásame el mechero
(que es mío de todas formas)
y luego haz lo que quieras,
dime lo que sea,
que si ya no soy el mismo,
que si he cambiado,
que si me resbalan las palabras...

Pero sobretodo
déjame fumarme
el último cigarro
del paquete
en paz, copón.


Alberto Clavería
Imagen: London calling (The Clash)

domingo, 25 de mayo de 2008

"Algo mejor", de Alberto Clavería



Cuando los cielos vienen nublados
y fríos,
pienso
“Este es buen momento para mirar el suelo”,
entonces bajo la mirada
pero solo llego hasta las manos,

y las contemplo
pero solo soy capaz de ver
el barro que han tenido que apartar
a paladas...

Y bueno, ya me siento
algo
mejor.


Alberto Clavería
Fotografía de Rafa.

domingo, 18 de mayo de 2008

"Esto lo firma Bukowski y es la polla", de Alberto Clavería

No es tanto que
uno de nosotros sea un violador,
el otro un asesino
y el de más allá trafique con drogas.

Lo que importa
es que logremos salir de aquí
sin que nadie se entere.

Alberto Clavería


sábado, 17 de mayo de 2008

Un honor




Mi buen amigo Germán Sancho hizo ayer una sesión de fotos de la que espero poder disfrutar en breve. Por ahora solamente ha soltado la foto que encabeza esta entrada.

Invito a todos los que me leen a pasarse por su blog, fotolog y flickr.

Alberto Clavería

martes, 13 de mayo de 2008

"A todos vosotros / Para que el día de pasado mañana se me entienda" de Alberto Clavería

Hace cuatro horas que te fuiste,
y tu olor sigue pegado a mis dedos,
déjame fumarme un Alatriste,
permite que me escape sin que me atenacen los miedos.
Y pienso en dejar todo de lado,
que sois adultos, joder,
ya os apañaréis sin mí, que soy como un cigarro
que se fuma y se tira a la intemperie del llover.

Por eso os invito a todos vosotros
a bailar ahora que aún queda tiempo,
a codearse mientras haya codos,
que las mayúsculas aguantan mientras quede resentimiento.
Siempre habrá un sabor,
y eso quedará en la papila que es el recordar.
Matemos pues al cerdo de no dominar el timón
y que mañana se despierte quien dé en pensar.

Y todavía, todavía! Se puede cantar pensando en prohibir,
viajar lejos e intentarlo de nuevo,
marear el mapa, jugar al futbolín,
sentir que hay algo que marca el centro.
Esto lo digo por todos vosotros,
porque aceptar que vas descalzo es admirable,
y si te miran con otros ojos
siempre te quedarán las calles.

A ti, el de los ojos color miel,
canta y no llores,
porque el regusto de la hiel
se pasa mejor entre rimas y con flores.
A ti, el que corría y aún no llega,
que sepas que el final es una sucia mentira,
porque el camino ya es suficiente meta
y el podio está hecho de madera podrida.

A ti, el que juega con las luces,
que la melodía te cuide el alma, que para algo está,
y si la vida en general te cruje
piensa entonces en exprimir la soledad.
A ti, la que me sostiene,
no te digo nada más,
bueno, que la grava del asfalto me frene
un segundo antes para que te pueda memorizar.

A ti, que me enseñaste tantas cosas,
que se puede caminar tras un tropiezo,
que el legado no es un montón de rosas,
que no es buena idea escupir hacia el viento.
Y tú, que trajinas al comer,
me diste la oportunidad.
No sé si la aproveché,
cuando nos veamos ya me lo reprocharás.

A ti, que vaciabas los vasos de un trago,
que leías en mi cabeza,
que tocabas la vida como un piano,
que aguantabas todo sin aguantar la cerveza,
te deseo que todo te vaya bien,
y que los parásitos sean trabajadores
porque sino yo después me reencarnaré
y les soplaré los cerrojos y los goznes.

El caso es que pienso en cuando leáis estas chorradas,
en el momento en que ya haya muerto,
y os preguntéis si yo era un borracho de faldas
o un vidente que nació tuerto.
Ya os digo que os veré, sonriendo,
pensando en bajar y daros un buen capón,
porque ni entendisteis nada ni queriendo,
y no me haréis respeto negando al pájaro cantor.

Espero que me leáis.

Alberto Clavería.

martes, 6 de mayo de 2008

"Juguete de amor", de Extrechinato y tú



Anoche pasé frío y me desenamoré un poco.
Anoche pasé frío y fui poeta.
Anoche, mientras mi carne se helaba y mi alma en mi cuerpo se escondía,
vi como mi amor para ti era un juguete pasado ya de moda que ya nada valía.

(...)

¡Que importa que me engañes si luego me sonríes!
¡Qué importa ser poeta o ser basura!


Manolo Chinato