viernes, 6 de junio de 2008

"Romance del desespero", de Alberto Clavería



Luz que me aguas la fiesta,
niega si puedes las salidas del desespero,
no creo que salga vivo, y a ciencia cierta
no sé nada más que eso.
Pues veo que en dura roca su semblante se tornó,
en terreno cenagoso sus miradas
y en bronco resuello su voz.
Sin contar las cicatrices, no me queda nada.

Uno se da cuenta antes de saberlo,
cuando los requiebros esconden las intenciones
y todo es arena, todo es un desierto
que reparte con malicia sus escorpiones.
Para cuando el cielo se deshaga, no sé dónde andará
ni si habrá islotes para que aterrice,
mejor será dejar de pensar
y repetirme a mí mismo que no es cierto que esté triste.


Alberto Clavería

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