A nadie le importa que
caigan las hojas en otoño.
Dicen que es normal
y luego las pisotean.
Es como si me pisotearan a mí.
El viento se las lleva,
suelen caer en los desagües
y los atascan.
Bueno, ellas tampoco tienen la culpa.
Es como si me culparan a mí.
Otras tienen diferente suerte
y son recogidas por manos llenas de callos,
que las arrojan a la chimenea
para hacer arder los leños.
Es como si me quemaran a mí.
También están las que consiguen malvivir
entre páginas de libros o
sepultadas entre dos cristales
por los coleccionistas.
Es como si me encerraran a mí.
Anoche perdí el sentido y soñé
que era hoja de árbol.
Por la mañana perdí el sueño y sentí
lo que era despertar.
Es como si una nueva hoja naciera.
Alberto Clavería
caigan las hojas en otoño.
Dicen que es normal
y luego las pisotean.
Es como si me pisotearan a mí.
El viento se las lleva,
suelen caer en los desagües
y los atascan.
Bueno, ellas tampoco tienen la culpa.
Es como si me culparan a mí.
Otras tienen diferente suerte
y son recogidas por manos llenas de callos,
que las arrojan a la chimenea
para hacer arder los leños.
Es como si me quemaran a mí.
También están las que consiguen malvivir
entre páginas de libros o
sepultadas entre dos cristales
por los coleccionistas.
Es como si me encerraran a mí.
Anoche perdí el sentido y soñé
que era hoja de árbol.
Por la mañana perdí el sueño y sentí
lo que era despertar.
Es como si una nueva hoja naciera.
Alberto Clavería
1 comentario:
Este me ha gustado, creo que nunca me había parado a pensar en las hojas en otoño de tal forma
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