(A Irene Díaz)
Entre las
espesas
montañas
de la
nada
y del todo,
de los
pocos
y de las damas,
de los hombres
locos
y las mujeres
que saben,
las brujas,
la mitología
entre
copas,
la intelectualidad
baila
un vals
agarrada
a una gata
loca,
la que te explica
las redecillas
de la literatura
que ni
siquiera
conocías,
quién
te diría,
quién
le diría,
pero
quién lo dijo,
ese
fue el acertijo
que ninguno
de nosotros
pudimos
resolver,
dónde
los colores
fueron
espadas,
dónde
los gustos
margaritas,
dónde
a pesar
de todo
siempre
se está
en las últimas,
sino es de ánimo
es de bebida
y sino de sustancias
prohibidas,
rebuzna sabiduría,
suda sabiduría,
quién
lo diría,
la primera bruja
que me sienta
bien conocerla,
qué tal
si ponemos
comas
sin necesidad,
vamos
a sonreír
y que los demás
se jodan,
saca la escoba
y papel,
hoy toca
volar,
oh Satán,
conozco
a la nueva
Adsagsona.
Carlos Gutiérrez H.
Entre las
espesas
montañas
de la
nada
y del todo,
de los
pocos
y de las damas,
de los hombres
locos
y las mujeres
que saben,
las brujas,
la mitología
entre
copas,
la intelectualidad
baila
un vals
agarrada
a una gata
loca,
la que te explica
las redecillas
de la literatura
que ni
siquiera
conocías,
quién
te diría,
quién
le diría,
pero
quién lo dijo,
ese
fue el acertijo
que ninguno
de nosotros
pudimos
resolver,
dónde
los colores
fueron
espadas,
dónde
los gustos
margaritas,
dónde
a pesar
de todo
siempre
se está
en las últimas,
sino es de ánimo
es de bebida
y sino de sustancias
prohibidas,
rebuzna sabiduría,
suda sabiduría,
quién
lo diría,
la primera bruja
que me sienta
bien conocerla,
qué tal
si ponemos
comas
sin necesidad,
vamos
a sonreír
y que los demás
se jodan,
saca la escoba
y papel,
hoy toca
volar,
oh Satán,
conozco
a la nueva
Adsagsona.
Carlos Gutiérrez H.
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