La ví
tan sola
allá en su
balcón,
mirando el fuego de
un candil
y esperando...
¡Vete tú a saber
qué esperaba!
A cada paso que se oía en la calle
daba un respingo
como pensando que
llegaba alguien,
luego ya veía que
no era nadie
y entrecerraba otra vez
los ojos.
Yo alcé el cuello
de la chaqueta
para protegerme del frío
y me fui,
quizás para siempre,
pensando que a veces
el número de Romeos
y el número de Julietas
simplemente
no concuerda.
Alberto Clavería
tan sola
allá en su
balcón,
mirando el fuego de
un candil
y esperando...
¡Vete tú a saber
qué esperaba!
A cada paso que se oía en la calle
daba un respingo
como pensando que
llegaba alguien,
luego ya veía que
no era nadie
y entrecerraba otra vez
los ojos.
Yo alcé el cuello
de la chaqueta
para protegerme del frío
y me fui,
quizás para siempre,
pensando que a veces
el número de Romeos
y el número de Julietas
simplemente
no concuerda.
Alberto Clavería
1 comentario:
Felicidades por tu blog. Nos hacemos eco del mismo en:
http://programalaesfera.blogspot.com/2009/11/la-tormenta-en-un-vaso.html
Saludos, La Esfera Cultural
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