Vi una vez un documental,
en él explicaban
la técnica para
envasar la carne
al vacío.
En un matadero,
después de arrancarla de los huesos de
las reses muertas,
la carne pasa por
diversos procesos químicos
y al final
la cubren con dos plásticos
que se sellan,
una pequeña aguja
absorbe todo el aire del
interior
y deja el cacho de carne
inmaculado
sin una pizca de aire
alrededor
listo para servir.
Hoy me he parado a mirarme el corazón
y me he acordado de ese
documental.
Alberto Clavería
No hay comentarios:
Publicar un comentario