Nunca olvides que es siempre
la misma moneda
la que paga flores y luego
paga metralletas o
la que cae hoy cara
y mañana cruz,
la misma flor la que dice
lo siento
y la que provoca
alergia,
la misma tinta la que traza
lindas palabras de amor
y más tarde firma
declaraciones de guerra,
el mismo tiempo que
nos da la vida
y nos mata,
las mismas lágrimas
de risa
o de pena,
y la misma llamada de teléfono
que trae buenas noticias
o muy malas.
Pero lo único que siempre
es igual,
lo que nunca jamás
cambia
es la cruz
que uno arrastra en vida
y que finalmente
acaba decorando su tumba.
Alberto Clavería.
la misma moneda
la que paga flores y luego
paga metralletas o
la que cae hoy cara
y mañana cruz,
la misma flor la que dice
lo siento
y la que provoca
alergia,
la misma tinta la que traza
lindas palabras de amor
y más tarde firma
declaraciones de guerra,
el mismo tiempo que
nos da la vida
y nos mata,
las mismas lágrimas
de risa
o de pena,
y la misma llamada de teléfono
que trae buenas noticias
o muy malas.
Pero lo único que siempre
es igual,
lo que nunca jamás
cambia
es la cruz
que uno arrastra en vida
y que finalmente
acaba decorando su tumba.
Alberto Clavería.