Me dijo mi padre
“mira, hijo, de pequeño
un cura nos reunió
a todos los niños del colegio y
nos dijo que pensáramos en
un pájaro rozando con el ala
una bola de metal
una vez cada mil años,
cuando esa bola se hubiera desgastado
nuestro suplicio en el infierno
ni habría empezado.”
Luego, por la noche,
yo pensaba que lo que
ni habría empezado
con el último roce
del ala del pájaro
con la puta bola de metal
era el dolor de vísceras
que yo ocasionaría
a esos malditos cuervos.
Alberto Clavería
“mira, hijo, de pequeño
un cura nos reunió
a todos los niños del colegio y
nos dijo que pensáramos en
un pájaro rozando con el ala
una bola de metal
una vez cada mil años,
cuando esa bola se hubiera desgastado
nuestro suplicio en el infierno
ni habría empezado.”
Luego, por la noche,
yo pensaba que lo que
ni habría empezado
con el último roce
del ala del pájaro
con la puta bola de metal
era el dolor de vísceras
que yo ocasionaría
a esos malditos cuervos.
Alberto Clavería
2 comentarios:
Nunca me ha gustado en exceso la poesía pero he de reconocer (sin carácter adulador) que me ha gustado. Agresivo y ciertamente irónico. Joder, da gusto ver cosas así por aquí.
el vino avinagrado no es lo mejor para juzgar la bondad del vino en general.
un abrazo
josé clavería
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