martes, 8 de julio de 2008

"El largo camino de vuelta a casa", de Alberto Clavería

Vuelves a casa,
a cuatro patas,
muy bebido,
lo que sea,
ves un gato en tu calle
y te paras, tambaleándote.

Te mira,
le devuelves la mirada a través de mil rejas,
das un pisotón para ahuyentarlo
pero no se mueve,
y piensas que aquí hay algo que falla,
las leyes animales se van a tomar el viento,

entonces te da por acercarte a él y
milagro,
se aleja un poco,
lo suficiente como para mirarte
antes de irse por patas y saltar una verja
para no volver.

Es el momento de rascarte la cabeza
y pensar
“Dios santo, qué bien me sentía
cuando el gato me miraba”.


Alberto Clavería

1 comentario:

Solveig Möller dijo...

Són uns bitxos increiblement curiosos els gats, eh?