Te adoro como adoro la bóveda nocturna,
¡oh vaso de tristeza, oh grande taciturna!
Y tanto más te amo, cuanto más me reproches,
porque tú sola eres el lujo de mis noches.
Si pudiera añadir aún, irónicamente,más que hay de mí a los cielos, aunque es irreverente.
Al ataque me lanzo con furores insanos
como sobre un cadáver un coro de gusanos,
y -¡oh mi cruel enemiga, oh mi bestia implacable!-
hasta esa frialdad te hace más adorable.
Charles Baudelaire
No hay comentarios:
Publicar un comentario