"Se dicen muchas cosas sobre mí.
Si dejamos de lado las que son mentira,
la mayoría no son verdad
y el resto tampoco."
El célebre desconocido, Sergi Puertas.
A veces te disfrazas de escorpión y me lanzas duras miradas de soslayo
desde debajo de las piedras,
y aún en las mejores noches
oigo tus gruñidos desde lejos.
Y me viras,
me soplas las velas
con las pestañas,
para reírte mientras me alejas.
Subo los escalones
pero yo mismo me tropiezo,
“y solo sale cero, y cero,
yo solo espero ser más certero”*
e intentar caer de pie.
Saboreo las pocas gotas de rencor que me dejas
después de jugar conmigo
a decirme con la boca que no
y con los ojos que sí.
Y ahora qué,
¿qué cara quieres que ponga,
que disfraz debería escoger del armario?
¿Con qué agua voy a regar mis palabras
si solo me proporcionas negro material?
Cada día voy disfrazado de algo diferente.
A veces salgo de casa con el corazón ya roto
y me camuflo con la niebla,
que se ondula a mi alrededor
hasta hacerme desaparecer.
También hay días en que
no me alcanzan los prados
para dar volteretas,
y brotan las palabras solas y
florecientes de esperanza.
Por lo general,
voy de puntillas por esto de la vida
como si mañana repartieran la suerte,
y me llevo conmigo
pequeñas gotas de lluvia
que jamás quisieron llegar al mar.
Dejo diminutos trozos de vida
en cada paso que doy,
y me desangro de la piel pa’ dentro
desahuciado en mi fuero interno.
Alberto Clavería
(* Estos versos son de "Poesía difusa", de Nach.)
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