Corre ya el 25 de octubre,
me dices que te ejecutarán pronto,
que a través de los barrotes solo ves nubes
porque ahora son sombra lo que antes eran ojos.
Manoseo nervioso tu carta
cuando me dices que ya no tienes miedo,
que lo único que quieres es que la puerta se abra
y te lleven por el pasillo con un trote lento.
El caso es que recordaste aquel pueblo sin costa
donde le robábamos horas al reloj,
y te pusiste sentimental y algo mosca
porque sentías en la nuca el calor de aquel sol
y el regusto del tequila en el esternón,
yo me lo tomaba a palo seco
mientras tú hacías el paripé con el limón
y la sal (que acababa siempre en el suelo).
Aún, dices, puedes oler mis cigarrillos
y notarlos bajo los pies cuando los apagabas,
porque quisieras aspirar a dos carrillos
el humo que, moribundo, de ellos emanaba.
Has hecho caldos de todos tus recuerdos
o de lo que mejor recordabas,
para tragártelos luego
mirando con atención cada cucharada.
Y saben amargos, dulces y picantes,
me comentas en cada línea temblorosa,
regada de lágrimas sin titulares
cuando los carceleros hacen la ronda.
me dices que te ejecutarán pronto,
que a través de los barrotes solo ves nubes
porque ahora son sombra lo que antes eran ojos.
Manoseo nervioso tu carta
cuando me dices que ya no tienes miedo,
que lo único que quieres es que la puerta se abra
y te lleven por el pasillo con un trote lento.
El caso es que recordaste aquel pueblo sin costa
donde le robábamos horas al reloj,
y te pusiste sentimental y algo mosca
porque sentías en la nuca el calor de aquel sol
y el regusto del tequila en el esternón,
yo me lo tomaba a palo seco
mientras tú hacías el paripé con el limón
y la sal (que acababa siempre en el suelo).
Aún, dices, puedes oler mis cigarrillos
y notarlos bajo los pies cuando los apagabas,
porque quisieras aspirar a dos carrillos
el humo que, moribundo, de ellos emanaba.
Has hecho caldos de todos tus recuerdos
o de lo que mejor recordabas,
para tragártelos luego
mirando con atención cada cucharada.
Y saben amargos, dulces y picantes,
me comentas en cada línea temblorosa,
regada de lágrimas sin titulares
cuando los carceleros hacen la ronda.
1 comentario:
Hay algunas partes de tus poesías, que parecen repetirse de otras.
Tal vez ya tienes un estilo! =P
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