No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Miguel Hernández
1 comentario:
Lo que no sabes es que tu abuelo ayudo a pagar su sepultura.
http://www.elecohernandiano.com/numero_12/miguelxxi/hernandez.html
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